En el n.º 5 de Bit y aparte abordamos la traducción de “A Game Design Methodology to Incorporate Social Activist Themes”, texto de 2007 en el que Mary Flanagan y Helen Nissenbaum articulan las prácticas de diseño en la metodogía Valores en el Juego (VAP, en sus siglas en inglés), las cuales pueden ser utilizadas tanto en la creación de juegos como en la enseñanza del diseño de juegos. En 2010 tenía lugar la primera edición de PlayLab, un formato de taller que encuentra inspiración en el método VAP.
En “Una metodología del diseño de juegos para incorporar temas de activismo social”, Flanagan y Nissenbaum se centran en la igualdad de género, aunque “muchos de los puntos señalados en este ensayo sobre el diseño inclusivo de género también son aplicables a la inclusión social en general y el proceso de diseño VAP podría ser adoptado para esta problemática también. Nuestra meta en términos de diseño de juegos es crear juegos agradables que apoyen valores —y ofrecer un enfoque bien elaborado para la incorporación de valores particulares en un diseño dado—. Si bien este método puede no hacer cambios radicales en la naturaleza de todos los juegos de ordenador, nos esforzamos para poner los valores sociales y políticos, en su caso, en el programa de diseño a un nivel fundamental”.
Bajo esta premisa nace el concepto PlayLab, que propone explorar el contexto del juego y del videojuego como espacio para la creación, la experimentación, el aprendizaje y la reflexión, siempre dentro de un ámbito propicio para el trabajo colaborativo y la confluencia entre distintas disciplinas. Es un espacio híbrido para la innovación, la creación y el prototipado de (video)juegos y aplicaciones derivadas de éstos en donde pensamos que debe fluir la creatividad gracias a la colaboración entre perfiles de distintas disciplinas —técnicas, sociales, artísticas y/o científicas— para una producción también híbrida y multidisciplinar. Así, en las 6 ediciones realizadas hasta ahora (contarán 7 tras septiembre), con jornadas de encuentro entre la sociedad civil y grupos de desarrollo de juegos, PlayLab se ha nutrido de la metodología VAP para prototipar juegos que aborden desde el cuestionamiento a los imaginarios sexuales más allá de los discursos normativos hasta las problemáticas habitacionales y vivienda, pasando por reflexión y creación de alternativas a los sistemas económicos globales que derivaron en la crisis financiera.
Los juegos cuentan historias, crean imaginarios y actitudes, y el diseño y desarrollo de éstos, como apuntan Flanagan y Nissenbaum, puede (debe) “incluir ideales éticos —o valores humanos—. Por lo tanto, nuestro trabajo insta a los diseñadores y productores a incluir los valores como un conjunto de criterios por los que la calidad de una tecnología dada sea juzgada y a trabajar activamente por un mundo cuyas tecnologias no sólo sean eficaces, eficientes, seguras, atractivas, fáciles de usar, y así sucesivamente, sino que promuevan también los valores suscritos por las sociedades y culturas circundantes”.